La non-reconnaissance des personnes vivant dans la misère comme êtres humains. Colloque international « La misère est violence, rompre le silence, chercher la paix » Maison de l’UNESCO 26 Janvier 2012

Ser un número, una etiqueta pegada en la carpeta para los servicios sociales. Ser mirado por parte del que tienes en frente que sin palabras te hace saber que no eres nada. No poder defenderte cuando sufres una violencia por miedo a las consecuencias si lo haces. No conseguir inscribir a tus hijos en el registro civil cuando nacen porque no tuviste dinero para poder pagar el centro de salud donde nacieron o porque tu mismo no existes en los registros. Morir y ser enterrado en una fosa común.

¿Cómo vivir con esto y no desear esconderte ? ¿cómo no sentirte culpable ? Cada uno de tus días se reducen a una sola cosa : existir. Cada día los esfuerzos que tienes que hacer para ser reconocido como ser humano te quitan fuerzas y cada día los demás te devuelven la incomprensión de los esfuerzos realizados. Cada día te reducen un poco más.

Les exigimos luchar, como si no lo hiciesen, les exigimos ser buenos padres como si no supiesen que es lo mejor para sus hijos. No queremos darnos cuenta de que somos en parte responsables de lo que viven. No estamos listos para aceptar lo que estas familias nos tienen que aportar y con eso les negamos una vez más su derecho a existir y a formar parte de nuestra sociedad.

Las familias que conocemos nos piden ser escuchadas porque en esta escucha les reconocemos como personas pertenecientes a una familia, a un barrio. Ignorar a los que viven en la miseria es una violencia extrema.